Los niños desde muy pequeños intentan agarrar un làpiz y se sorprende cuando con el movimiento de sus manos aparecen surcos y trazos. Esta acciòn natural del niño se transforma en formas definidas y garabatos que tienen sentido y que le acercan al niño a realizar grafìas, para prepararlo para la lecto-escritura.
El dibujo rítmico es una propuesta que desde la música ordena estos primeros trazos de garabateo al conectar ritmo, palabra y gráfico. Esta actividad además, ayuda a al niños al desarrollo de su lateralidad y ubicación espacial, a entender la relación de tiempo y espacio y a adquirir la conciencia del símbolo con relación a su significado.
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